-Buenos días.
-Buenos días señor Ernesto. Café
-Gracias.
No se ustedes, yo tengo la sensación que algo se cuece en el ambiente y, cuando menos lo esperemos, explotará la olla del cocido, salpicando a todos, a moros y a cristianos.
Europeo esperando la edad de jubilación
-Buenos días.
-Buenos días señor Ernesto. Café.
-Gracias.
La crisis financiera de la sociedad capitalista esta haciendo que el dinero circulante de los países este cada vez en menos manos y, no solo eso, sino que estas son privadas.
Sahel es una franja de arena que abraza el continente africano de oeste a este, al sur del desierto del Sahara. Si les tengo que decir la verdad, les diré que ni sabía que existía, me he enterado por mediación de las ONG que piden ayuda para la zona que está en alto riesgo de desnutrición. Se habla de 18 millones de hambrientos que deambulan por la franja, seguramente sin ni siquiera saber que en la huida pasan de un estado a otro.
-Buenos días
-Buenos días señor Ernesto. Café
-Gracias
Con todo esto de la crisis del Euro nos estamos olvidando de la realidad de lo que pasa en el mundo, donde la ambición mezquina es la nota dominante que hace que bailemos a su son todos aquellos que no queremos, no podemos, no sabemos o simplemente no nos preocupamos de la verdad de lo que sucede.
-Buenos días
-Buenos días señor Ernesto. Su cafetito
-Gracias Paco
A JEAN ZIEGLER, autor del libro “El oro nazi” y en la actualidad vicepresidente del Consejo Asesor de Derechos Humanos de Naciones Unidas, al menos creo que lo sigue siendo, le leí hará un par o tres de años, algo así como que “hacían falta 200 kilos de maíz para obtener 50 litros de biocarburante para llenar el depósito de un automóvil y que con esa cantidad de maíz se podía alimentar un niño durante todo un año.” Ziegler calificaba ese hecho como crimen contra la humanidad.
dos mundos iguales y diferentes
-Muy buenos días
-Buen día señor Ernesto. Su café
-Gracias
“¿qué clase de ciencia es ésa, capaz de poner un hombre en la luna pero incapaz de poner un pedazo de pan en la mesa de cada ser humano?” (Carlos Ruiz Zafón–Marina-Edebé)
Está cita, extraída de un libro de Carlos Ruiz Zafón, me ha dado que pensar durante mucho tiempo, hasta el punto que me ha hecho releer el libro, de lo que no me arrepiento. Dicen los expertos que es el mejor que ha escrito. De todas maneras seguro que el mejor lo tiene todavía por escribir.
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-Buenos días
-Buenos días señor Ernesto. Café
-Gracias
Una buena amiga me ha enviado por correo electrónico, -lo que aprovecho para darle las gracias- uno de esos videos que circulan por la red y que suelen estar muy bien hechos. Me los miro todos del principio al final. Este en cuestión se titula “Callar y hablar” y son una serie de mensajes, al menos es como yo los llamo, no sé si debería ser más lógico hacerlo de otra manera, pero bueno, sea como fuere, hay dos que me ha llamado fuertemente la atención, dicen así, “Callar ante el sufrimiento ajeno……..es cobardía” / “Callar ante la injusticia…….es flaqueza
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-Buenos días Paco, que tal.
-Buenos días, señor Ernesto, como ha ido esa Semana Santa.
-Bien gracias, y a ti.
-También bien. Su cafetito
-Gracias
Parece que ahora no es el momento de hablar de según qué cosas de las que suceden en el mundo, si nos basamos en declaraciones de algunos expertos en organizar la vida de las gentes. Lo que no dicen es cuándo llegará el momento de poner encima de la mesa la erradicación del hambre que asola a una parte del planeta.
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-Buenos días
-Buenos días señor Ernesto. Café
-Gracias
Anualmente a causa de la pobreza en el mundo mueren unos 11 millones de niños menores de cinco años. Entre 5 y 17 años se calculan que hay 218 millones, los cuales trabajan sometidos a esclavitud haciendo tareas peligrosas o humillantes. Eso es lo que llamamos un mundo de progreso, y lo hacemos sin sonrojarnos.
-Buenos días
-Buenos, señor Ernesto, El café
-Gracias
El niño de seis años pasea de la mano del abuelo por unos grandes almacenes de la ciudad mirando atónito la cantidad de juguetes expuestos para que los pida a papa Noel, a los Reyes Magos o, a las dos que de todo hay en la sociedad consumidora en que estamos sumidos. Los hay de todas las maneras, trenes que corren por las vías, coches teledirigidos, incluso aviones que accionando un mando vuelan. Abunda una especie de muñecos espaciales cargados de municiones por todas partes para matar a los seres malos que invaden la tierra. Para las niñas los muñecos son diferentes. Yo, les llamo Peponas, pero son unas peponas muy sofisticadas no como con las que jugaban las niñas de la época del abuelo. También hay muñequitas bebes, las de hoy en día hacen pipi y caca. Y las hay de mayores, con un cuerpo que ya querrían muchas mujeres para sí mismas.
miboina.wordpress.com 